Fue un
atardecer de invierno
cuando
en segundos palidecí
¿Qué
estaba sucediendo?
sólo
murmullos me rodeaban
¡Ya
no. ya no más! Falleció …
¿A
quién le hablan, qué dicen?
quedé
quieta sin comprender
Luego
gritos de la enfermera
sacudiéndome
una y otra vez
Apenas
en susurro quedo dije
¿Qué
debo hacer, que se hace?
¡Corra
a casa y traiga ropa!
¿Entiende?
Ella está muerta.
Enmudecí…
y como autómata
Llegue
a casa sin comprender
aún,
por donde debía empezar
qué
era lo adecuado en ese caso
Hasta
que desperté de ese sopor
eligiendo
lo que debía vestir…
Recordé
que decían que el cuerpo
se
enfría, vestir se hacía difícil
Corría
y corría sin siquiera llorar
y había más que hacer, mucho mas
como
si hasta ahí fuera poca cosa
Organizar
el velatorio y el funeral
escoger
el féretro, todo era poco
tan
poca cosa para ella, nada…
Nada
combinaba, se veía tan bella
nada
que denotara que no respiraba
Tuve
que hacerme fuerte y ocuparme
que
todo saliera como correspondía
me
olvidé de mí, de gritar y de llorar
Ella
estaría cómoda como una reina
Un gran arreglo de hermosas flores
regalo
mío a los pies de su ataúd…
Soledad
Del Sol
21-06-2018